El Mensaje Espiritual para el día de hoy, 13 de mayo de 2020, es el siguiente:

Hija mía, hoy es 13 de mayo, un día especialísimo en el cielo, de gran fiesta porque por anuencia del Padre Celestial en comunicación con las Tres Divinas Personas, ella (la Virgen María) quiso revelarse al mundo a tres inocentes pastorcillos (Fátima), no fue a ningún rey como tampoco a ningún personaje de este tierra sino a tres humildes niños y les fue mostrando lo que iba a suceder si los hombres siguiesen obstinados en su maldad y en hacer caso omiso a todas las instrucciones dadas por la Santísima Trinidad, para cumplir los Santos Mandamientos y los Sagrados Sacramentos llevando una vida conforme a la que deben llevar mis hijos en esta tierra para hacer méritos y alcanzar a obtener el premio celestial a aquellos que nos aman y nos obedecen. Pero, ¿Qué han hecho? ¿Qué ha sucedido? Que el mensaje lo hicieron dentro de la misma jerarquía, ocultaron el verdadero y se dedicaron a manipular y a desobedecer de manera flagrante. Esta desobediencia les ha traído toda suerte de castigos, muerte y desolación, pues como afirmamos en el mensaje verdadero, que se hiciera la consagración de Rusia por parte del Papa en unión con todos los obispos del mundo, de lo contrario Rusia esparciría sus errores por el mundo, sembrando caos, miseria y destrucción; ved hijos cómo nosotros hemos estado acompañándoles y preocupados por vuestra salvación, pero no hemos encontrado de parte de esta humanidad sino desobediencia, rechazo y pecados contra todos los mandamientos, si hubieseis obedecido, este mundo no sería el que ahora me entregáis destruido en su totalidad, lleno de maldad pues con vuestros pecados lo que hacéis es darle fuerza al demonio para que os haga infelices y después, no obstante, vuestra terquedad y desobediencia me culpan de todas vuestras desgracias. ¿No os parece el colmo de vuestro proceder? Habéis seguido al enemigo que os da muerte espiritual y hacéis las obras alejadas viviendo una vida completamente equivocada y, con muy pocas excepciones, nos habéis defraudado y ¡a veces sentimos una profunda tristeza en lo que os habéis convertido!

A pesar de todo, cuando halláis arrasado con mi Iglesia, la sacaré victoria de vuestras fauces, y los pocos que quedan cumpliendo y acatando mi Santa Voluntad serán los habitantes de mi nueva creación.

Bueno, hija mía, os amo y os bendigo. Tú Jesús.