Mensaje de DIOS PADRE dado en 1984 a la Dra. Enelia Grajales: EL CUERPO MÍSTICO

El Cuerpo Místico es la unión perfecta de mi Divinidad con mis criaturas amadas. Es una maravilla sin par donde mis verdaderos hijos se comunican por medio de la vida santificante, en una simbiosis perfecta con la Divinidad. Yo que tomé forma humana para quedarme con vosotros y haceros partícipe de la felicidad eterna en el cielo, comunico a mis criaturas el manantial de gracia como lo hace un torrente de luz a través de los hilos conductores para irrigar todo el cuerpo, en este caso mi Cuerpo Místico. Si estáis unidos a Mí os prometo, seréis fuertes, nada podrá destruir vuestras almas pues esa misma fuerza vivificante penetrará en vuestras almas y seréis uno con vuestro Dios y Señor. Mis amados hijos, cuando laceran mi Cuerpo Místico, sabed que por comunión de la Gracia Santificante, todo mi Cuerpo Místico se encuentra lacerado porque esa unión es indestructible, es como una fuerza sin límites que penetra en todas las partes de mi cuerpo como un todo que no se puede separar, pues como en muchas ocasiones os he dicho: Yo Soy la vid, vosotros los sarmientos, si no estáis unidos a Mí en la manera como os he explicado anteriormente, no daréis fruto alguno y, al permanecer fuera es decir sin esa comunión perfecta, solo serviréis para echaros fuera como los sarmientos estériles secos, sin fruto alguno solo sirven de combustión para el fuego eterno.

A través de los tiempos os he venido preparando para estos momentos de Gran Tribulación, unos pocos han hecho caso ¿Y los demás? ¿Dónde está la fuerza, la capacidad que habéis obtenido de Mí? Es esa misma fuerza que hace de vosotros espíritus fuertes y valerosos ante las pruebas, recordad que cuando vino el Espíritu Santo a mis apóstoles ya no eran seres pusilánimes sino fuertes capaces de dar su vida por Mí, como en efecto lo hicieron. Ahí en esos momentos se cristalizó, es decir, se fusionaron con mi Cuerpo Místico para que invencibles por esa fusión con mi Divinidad ya no eran ellos como decía san Pablo: “No soy yo quien vive, es Cristo que vive en mí”. Ya muere el hombre viejo el de pecado, para ser el hombre nuevo vivificado por la fuerza creadora del mundo que es indestructible, sabedlo bien y no olvidéis lo que acabo de explicaros para vuestro bien y el de toda la humanidad, porque tampoco debéis olvidar jamás que habéis sido creados para ser uno solo conmigo en comunión de amor, de verdad, justicia, paz y felicidad eterna donde nada podrá separaros de mi amor. Por eso os quiero míos, no os alejéis, volved a Mí que os espero como siempre he esperado vuestro retorno cuando os encontráis en pecado y os reconciliáis conmigo.

Mensaje de DIOS PADRE dado el 26 de julio 2.024 a la Dra. Enelia Grajales:

ACLARACIÓN SOBRE EL “CUERPO MÍSTICO” EN LA FILOSOFÍA DIVINA, COMO COMPLEMENTO DEL MENSAJE DADO EN 1984 (reproducido más arriba).

¿Por qué tenemos que ser perfectos como nuestro Padre Celestial es perfecto? (San Mateo V, 48). Se explica aparte que, para entender lo referente al Cuerpo Místico, que es el objetivo primordial del hombre para lograr la vida eterna, debemos trabajar a través de nuestra vida cotidiana para obtener la perfección, ordenando nuestros sentidos, nuestras obras, palabras, y demás situaciones contenidas en los Santos Mandamientos y Sagrados Sacramentos que forman parte de la Sagrada Escritura y la Tradición Apostólica, que son las fuentes de la Revelación.

“Mis Derechos Divinos no pueden ser vulnerados por nadie”, de ahí la obligatoriedad de que las leyes humanas estén en perfecta armonía con las Leyes Divinas, que hacen la perfección de la criatura para conformar el Cuerpo Místico, que hace que seamos uno solo con Dios. Y no se puede aceptar, bajo ninguna circunstancia, que los seres humanos cuya perfección no ha sido alcanzada, vengan a borrar todo lo establecido por ÉL, cuya Perfección es infinita, y desintegrar a la Santa Iglesia Católica establecida por Él.

“Dad a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César” (San Marcos, XII,17).

“Pues tú tienes el poder sobre la vida y sobre la muerte, haces bajar a las puertas del Hades y de allí subir”. (Sabiduría, XVI, 13).