2010-02-04: JESUCRISTO: YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA
El Mensaje Espiritual para el día de hoy 4 de febrero de 2010 es el siguiente:
Hoy debo referirme a las circunstancias en que os encontráis. Fue necesario que llegarais a este sitio de reclusión para personas enfermas, para que os dierais cuenta, hija mía, lo que es el dolor, que tú no conocías pero que ya lo habéis experimentado en su forma más primitiva. Es algo que debéis conocer para hacer conciencia del sufrimiento de los seres humanos y, así, podáis experimentar el dolor de vuestro prójimo con el fin de entender lo que viví y tuve que padecer para que se operase el misterio de la Redención. Pues, sin dolor, no hay sacrificio. Es el día a día de triturar vuestro corazón, cada momento, cada hora, cada minuto, cada segundo. Es experimentar el abandono, el cansancio, la fatiga, sobrellevar la serie de inconvenientes que se presentan de incomprensión de unos, el desprecio de otros, todo esto es un conjunto de circunstancias que el ser humano debe sobrellevar en el curso de su vida, para llegar al Reino de los Cielos purificado en el amor a su Creador.
Habéis tenido la oportunidad de vivir en el mundo, pero no sois del mundo, como siempre os lo he repetido. Por eso las máximas del mundo no las debéis escuchar, pues son cantos de sirena efímeros y que no os conducirán sino al castigo eterno por haber violado mis leyes inmutables que son Sabiduría Eterna, para que cumpliéndolas y acatándolas no os arrepentiréis sino, al contrario, veréis la Eterna Luz que nunca se apaga. Entonces comprenderéis el por qué insistía tanto en mostraros la verdad, no debéis olvidar jamás que Yo soy el camino, la verdad y la vida, y que nadie, absolutamente nadie, va al Padre sino por Mí.
He querido que llegases a este sitio para que tengas una visión clara de vuestra responsabilidad para con Nosotros, para que paséis a otra etapa del conocimiento en este arduo camino que es vuestra vida espiritual. La madurez es necesaria para una sólida formación en el Apostolado, encontraréis dificultades que sortear, tropiezos que vencer, y pruebas que superar, pero, con nuestra asistencia y vuestra obediencia, llegaréis a feliz término. He querido también que experimentaras lo que viviste anteriormente, fue una vivencia espiritual grande, muy grande, que fortalece tu alma de niña y creció en fortaleza, que era necesaria para esta misión que llevas. Creceréis espiritualmente con el fin de ayudar a los demás a encontrarse a sí mismos, como también a encontrar otra dimensión que transmitiréis a quienes están en este momento contigo, pues es la mejor manera como se multiplicará el Apostolado. Con ello, tu alma irradiará no solo paz, también fortaleza que, a medida que lleves a cabo la oración con las personas que te acompañan en estos momentos, ellos serán los primeros beneficiados por el amor nuestro y por vuestra obediencia a mis mandatos, sus almas recibirán también fortaleza en sus espíritus, para difuminar la verdad en este caótico mundo. Es así como se esparcirá en el Universo y, con ello, el triunfo nuestro.
Ese es el objetivo final de todo. Pues veréis al género humano sometido a vuestro Dios y Señor en un solo haz de voluntades, felices por toda la eternidad. Este es el Mensaje para el día de hoy.